El rostro de la Humildad
" Todo en esta Vida es un regalo.
Cuando entramos y dejamos este Mundo
no tenemos nada"
Sensei Kensho Furuya
Una vez vi a un bailarín de danza clásica japonesa. Estaba considerado como un tesoro nacional vivo a causa de la contribución que había hecho para su arte. Considerando que tenía 85 años, era sorprendente saber que enseñaba 7 días a la semana alrededor de unas 12 horas diarias. Él es realmente un gran maestro.
El maestro tenía un método remarcable y un increíble talento, pero lo que más me impresionó fue su profunda humildad y modestia. Durante su actuación recibió varias ovaciones en pie del público, y su humildad y modestia resultaron ciertamente refrescantes.
Esto no era falsa modestia, no era parte de su actuación como alguien creía. Realmente era humilde y agradecido. Mientras lo observaba tuve la sensación de estar delante de un Gran Maestro.
Estas características no son únicas. He visto este profundo sentido de la humildad en los rostros y ojos de muchos maestros, incluyendo a los de danza, música, bellas artes y artes marciales. Por ejemplo, en el Aikikai de Tokyo, situado en el distrito de Shinjuku. Hace varios años podías encontrarte con un pequeño hombre, que apenas llamaba la atención, por los pasillos o bebiendo tranquilamente una taza de té en un despacho. Muchos de los nuevos miembros se sorprendían al saber que ese hombre era Kissaburo Osawa, uno de los mayores maestros de Aikido del mundo. Siempre fue un gran y humilde maestro al que se le sigue echando de menos.
Casi nunca observo esta humildad en los maestros de segunda y tercera generación de hoy en día.
La espiga de arroz
Cuando empecé a entrenar Aikido de joven, escuché la parábola de la espiga de arroz muchas veces. La joven espiga de arroz se mantiene derecha, orgullosa y fuerte. Conforme el arroz madura y se vuelve más sabio, inclina su cabeza hacia la tierra con humildad y respeto.
Hoy en día he podido darme cuenta del énfasis que se hace en las Artes Marciales en que uno se sienta fuerte y orgulloso, incluso se permite el ser un poco arrogante. Saca a relucir un poco tu chulería y mucha gente dirá: " ¡Dios, este tío es realmente un tipo duro!". Porque a las personas nos gusta sacar a relucir nuestro Ego, al fin y al cabo sólo somos humanos...¡supongo!
Del mismo modo es común mirar a la humildad y a la modestia como signos de debilidad. Si muestras algunas de estas virtudes la gente dirá: "¡ A este tío le faltan huevos! ¡No tiene sangre!".
¿ Dónde se ha ido todo el Respeto?
Un compañero monje y buen amigo mío me contó una vez la historia de un eminente profesor y un Maestro Zen de la que fue testigo en el templo. Cuando mi amigo y el eminente profesor fueron presentados al Maestro Zen, saludaron inclinando la cabeza. Cuando levantaron la cabeza vieron que el Maestro Zen continuaba con la cabeza inclinada saludándoles. En ese momento mi amigo se dio cuenta de que su entrenamiento todavía no era del todo bueno.
Cuando hoy observo a los estudiantes saludar, no saludan realmente, tan sólo realizan un movimiento mecánico. Nunca muestran respeto hacia su compañero u oponente. El verdadero respeto viene del corazón.
Extracto del libro Kodo, Ancient Ways del Sensei Kensho Furuya.
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