Detrás de las apariencias
"¡Pedro! ¡Calienta, que sales!"
Alvise Pérez
Día de lluvia, día que se agradece y que sirve para paliar algo el calor que empieza a aparecer anunciando el inminente verano. En estos días post resaca elecciones europeas donde al igual que ocurriera en 2015 una nueva figura política ha aparecido, sacudiendo los cimientos del establishment, y como ocurriera entonces, siendo insultado por ello. A diferencia de aquellos tiempos de la casta, ahora tenemos la partitocracia, y si en aquellos años no casaba mucho con aquellas ideas comunistas revestidas de modernidad, ahora, con Se acabó la fiesta, me encuentro con un mensaje que resuena en mi interior.
Al igual que los miles de votantes al Señor Alvise, lo que le he escuchado es gran parte de la carga interior que muchos de nosotros llevamos en nuestro Ser, donde nos toca aguantar insultos, menosprecios y robos de la clase política, unas actitudes que especialmente estos últimos años parecen haberse exacerbado y el mero hecho de pensar diferente es motivo suficiente para ser insultado, o bloqueado en las redes sociales, donde tus publicaciones son catalogadas de spam por la red social que dice eso de Joining Together y Making people conected....
¿A qué nivel de tragar mierda estamos llegando?¿Cuánto más hemos de aguantar? No tengo una respuesta clara, pero por mi parte creo que ya es más que suficiente, más que suficiente que los malos sigan campando a sus anchas mientras la gente honrada, la gente que trabaja para sacar adelante sus sueños y a los suyos, siga siendo maltratada por una cuadrilla de parásitos sin oficio ni beneficio.
En entradas y podcast anteriores hice unas reflexiones acerca de los conflictos en Ucrania e Israel, y ahora pasado el tiempo y tras poder escuchar a gente que sabe del tema, no lo que los medios de comunicación nos cuentan, sino la versión de gente que sabe más de geopolítica y estrategia que todos los políticos de la Vieja Europa juntos y juntas, me doy cuenta de que lo único acertado fue empatizar con las víctimas, pero los motivos de esos conflictos son bien distintos de los que nos han vendido. Al final la pela es la pela como decimos por estos lares, eso, y el salvarse el culo de la corrupción lanzando a una población contra otra...¡Qué vergüenza, qué puta vergüenza!
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