¿Por qué Aikido Estoico?

 


"En tu adiestramiento, no te apresures, ya que dominar lo básico y llegar al primer peldaño lleva un mínimo de diez años. Nunca te imagines ser maestro de la perfección que todo lo conoce; debes continuar tu entrenamiento diario junto a tus amigos y discípulos y progresar juntos... “

  

O-Sensei Morihei Ueshiba

 

Creo que va siendo hora de que explique el por qué del título del blog. De entrada parece que el Aikido y el estoicismo no tienen nada en común. Uno es un Arte Marcial creado por Morihei Ueshiba y lo otro es más bien una corriente de pensamiento que se originó con Zenón de Citio, un rico comerciante griego, que tras naufragar y perder sus riquezas regresó a Atenas y empezó a interesarse por la filosofía. Con el tiempo desarrolló la suya propia, y al proclamar sus ideas bajo las antiguas stoas griegas, eso dió origen a su nombre. A modo de resumen podría decirse que el estoicismo se caracteriza por un pensamiento y sentido práctico de las cosas, lo que nos lleva de nuevo a la pregunta del principio: 

"¿Qué tiene esto que ver con el Aikido?"

  La respuesta podría ser nada. Seguramente para muchos practicantes de Aikido sea la respuesta más correcta, pero en mi caso, diría que el redescubrimiento del estoicismo ha aportado mayor claridad y sentido a mi Camino dentro del Aikido. Muchos pueden deleitarse con los Poemas de la Vía de O-Sensei Ueshiba, pero a mi me ha ocurrido algo diferente con el paso de los años. Cada vez los entiendo menos y me pierdo intentando encontrar algún sentido en ellos. Por mis raíces latinas, por la herencia cultural recibida a lo largo de la historia por la cultura griega y romana, sigo teniendo un pensamiento más cartesiano, y aunque me gusta ver las cosas como un Todo, no puedo negar que muchos aspectos del pensamiento del Lejano Oriente se me escapa. Podría repetir frases molonas y parecer que entiendo algo de lo que digo, pero siendo sinceros, más allá de la pose, dudo mucho que pueda hacer algo más. Parte de nuestra visión del mundo proviene de nuestro entorno, y viviendo en una sociedad heredera de la Iglesia apostólica romana, muchos aspectos que nos llaman la atención, y que sin duda han influído de alguna manera en nuestra decisión de practicar Artes Marciales, es lícito reconocer que de alguna manera, las enseñanzas de O-Sensei deban ser trasladadas para una mejor comprensión, evitando de esta manera caer en postureos fatuos y vacíos, llenos de pedantería y mucho gilipollismo. 

 


 

Uno de los males que adolece nuestra práctica es la gran densidad de Iluminados y Místicos que tiene. Continuamente podemos ver vídeos de demostraciones de Aikido donde los atacantes se caen sin que el supuesto Sensei les llegue a tocar. Observas sus posturas, su intención, lo que transmiten haciendo las técnicas y no puedes evitar pensar si realmente piensan que frente a un atacante que les quiera lastimar, alguien con mala saña y que te quiera herir de verdad, tienen alguna posibilidad. Me duele, me jode este tipo de prácticas, ya que le dan pie a todos aquellos que nos critican y nos llaman practicantes de Bullshido, bullshit=mierda. Razón no les falta cuando vemos que continuamente confundimos lo que percibimos en los grandes Sensei e intentamos reproducirlo. Queremos lucir paredes pero sin haber hecho nunca una.

 

El Aikido tiene su origen en el Jiu-Jitsu, como muchas otras Artes Marciales japonesas, concebidas para seguir luchando cuando te quedas desarmado en el campo de batalla. Tu misión es salir vivo del campo de batalla, armado o desarmado, pero ya no sólo tu honor como guerrero, tu propia biología, tu cerebro, está diseñado para mantenerte vivo al precio que sea. Si en nuestros genes está integrado ese mensaje creo que estamos yendo contra natura cuando planteamos ciertos trabajos, y de alguna manera perdemos el respeto a nuestro adversario. La Naturaleza nos enseña que aquellos que no la respetan acaban mal, quien pierde el respeto al Mar está más cerca de ver a Dios. Una ley universal que como practicantes nos empeñamos en ignorar, sustituyéndolo por un misticismo malentendido disfrazado de buenismo y happy flower. Las drogas son malas, hacen que las personas acaben soltando un montón de gilipolleces por la boca.




Una piedra, otra piedra,y otra, y otra, y otra...así conseguiremos hacer una pared. Si esta forma tan natural y sencilla de hacer las cosas la entendemos como un método para conseguir muchas cosas en nuestra vida, ¿por qué ha de ser diferente nuestra práctica de Aikido? Hay que bajar al ruedo, enfrentarse al toro, que te cornee, que te haga morder el polvo, levantarse y volver a lidiar con él. Al final, a base de dejar el Ego a un lado, y currar más, de forma más honesta, saliendo del Dojo derrotado físicamente pero contento en nuestro interior por haberlo dado todo, alcanzaremos a entender algo de lo que O-Sensei nos transmitió.


El Aikido se aprende a través de la piel, no a través de la mente.





 

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