Después del examen
"No hay atajos. No hay trucos. Si quieres tomar el camino
fácil, te aseguro que será más largo y doloroso que el
camino difícil"
Jocko Willink
Con esta frase que a priori parece que nada tiene que ver con el mundo del Aikido empiezo a hablar sobre lo que sucede tras haberse presentado a un examen de pase de grado. Una vez terminado el curso, terminado el examen, nos dirigimos de vuelta hacia nuestros hogares. Dependiendo del resultado del examen el viaje de vuelta estará impregando de unas sensaciones diferentes. Pero al fial hemos de volver a casa y a nuestra vida, a la rutina de trabajar o estudiar según la edad, y la vuelta al Dojo para seguir con nuestros entrenamientos. Mas allá del Dojo, de los compañeros de entrenamiento, habrán pocas personas que sepan algo de los logros o no que hayamos alcanzado, y seremos testigos de como la Realidad se impone y el Mundo sigue su curso ajeno a nuestro propio devenir. Esta creo que es la primera lección que uno debe aprender después del examen, tus éxitos o fracasos se suelen circunscribir a un círculo pequeño y cercano, por lo que no hay que hacer una exaltación desmedida o un drama según haya sido nuestro resultado.
De vuelta a los entrenamientos es fácil sentir un periodo de sensación de Vacío, tanto en un caso como en otro. Si volvemos pensando que sabemos más que los días anteriores al examen nos frustaremos al comprobar que no es cierto. Si volvemos tras no haber superado el examen la sensación de no estar aprendiendo y perder el tiempo te acompañarán durante un tiempo. En ambos casos trata esas sensaciones como lo que son, Impostores, Ilusiones creadas por nuestro Ego que pretende modificar una realidad que no le gusta aceptar, Somos uno más, con nuestros aciertos y con nuestros errores, pero sólo Somos uno más.
Esta sensación de Vacío, de falta de sentido en nuestra práctica se debe en parte al estrés al que nos hemos auto impuesto los meses anteriores cuando preparábamos el examen. Al volver a una práctica donde la fecha del examen y el examen en sí mismo ya no están nos encontramos algo perdidos. Mientras había un objetivo la práctica se había vuelto más concisa, ahora tenemos la sensación de navegar a la deriva. Es justo en este momento donde debemos buscar qué es lo que da sentido a nuestra práctica.
Encontrar qué es lo que nos motiva, lo que nos impulsa a seguir entrenando es una tarea peliaguda y que cada uno debe hacer. Los demás pueden aportarnos algo de Luz con sus ejemplos pero al final debemos ser nosotros quienes encontremos aquello que nos ayuda a seguir hacia adelante. Estos periodos de vacío van y vienen, forman parte del Camino. Aprender a sortearlos, a seguir caminando con ellos es otra parte más del aprendizaje en Aikido.
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