El equilibrio está en tí

 


"No busques el equilibrio en tu oponente,

el equilibrio está dentro de tí" 

 

Nobuyoshi Tamura Shihan

 

Otro concepto típico de la práctica de las Artes Marciales, un concepto importante, que es una de las claves para el funcionamiento correcto de las técnicas que ejecutamos. Sin equilibrio difícilmente podremos lanzar un buen golpe o realizar una proyección. Necesitamos equilibrio para imprimir potencia a nuestros golpes y proyecciones, sin él estamos condenado a una ekecución penosa y el riesgo de lesión aumenta como consecuencia de estar en una mala posición. 

 

Pero, ¿qué es el equilibrio? Según su definición equilibrio es el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarerestan o anulan. Al aplicar el concepto de equilibrio a nuestra práctica de Aikido tenemos que hablar del centro de gravedad, ese punto del cuerpo situado unos centímetros por debajo del ombligo, y que coincide con el punto de equilibrio que contrarresta nuestra propia fuerza para mantenernos erguidos y la fuerza de la gravedad. En Aikido a este punto lo llamamos Hara, T'an T'ien en chino, y es la base de nuestro trabajo, ya que desarrollamos todo el trabajo técnico focalizado en la presencia y el movimiento del centro, del Hara.

 


 

 Sin la presencia del centro, sin el enfoque sobre esta presencia del Hara, el entrenamiento no deja de ser más que un forcejeo y una pequeña lucha para ver quién tira a quién. Es el estudio centrado en el centro el que nos permite entender mejor la relajación tanto física, como mental y espiritualmente que necesitamos para realizar la práctica de una manera más correcta. La misma práctica centrada en el Hara nos ayuda a recuperar el equilibrio, pues no son pocas las veces que acudimos al Dojo alterados por nuestros que  haceres diarios y tras la práctica, aquello que nos perturbaba conseguimos verlo de un modo distinto, más reposado, más...centrado.

 

Una de las virtudes que tiene el Aikido es que cada técnica que realizas es un pequeño examen donde compruebas si te estás moviendo correctamente, ya que lo que tú haces, se transmite a tu compañero. Si no das nada tu compañero no percibirá nada, si das demasiado también lo percibirá. Los dos casos son incorrectos, ya que tanto la ausencia como el exceso, conducen a una mala ejecución. Encontrar el punto medio, el punto donde no falta nada pero tampoco sobra, es el objetivo de la práctica. Como nos recordaba el Sensei Kensho Furuya, " haz las cosas de la forma más natural posible". " Fácil de decir, difícil de hacer" también solía decir.

 


 

El equilibrio que tanto buscamos no lo encontraremos apoyados sobre nuestro compañero, esa sensación de estar en equilibrio apoyados en él o ella es una ilusión, y cuando él o ella se aparte caeremos al suelo. Tamura Sensei nos recordaba en los cursos que debíamos encontrar el equilibrio dentro de nosotros, para luego así  saber cómo desequilibrar a Uke.


Una gran lección que puede pasar desapercicbida si sólo se circunscribe a nuestra práctica en el Dojo. Tamura Sensei también nos recordaba que el Aikido eran veinticuatro horas, que debía abarcar no sólo el entrenamiento sino también el resto de nuestras vidas, sólo así era posible entender algo de lo que O-Sensei proponía. 

A menudo pasamos por situaciones donde nuestro equilibrio flaquea o se pierde. Richard Kim, un Sensei de Karate, decía que cuando tenemos equilibrio buscamos la Luz dentro de nosotros, y cuando lo perdemos buscamos la Luz en el exterior, pero la Luz del exterior puede ser una ilusión y no depende de nosotros, con lo cual si desaparece volveremos a estar a oscuras, sin equilibrio. Todos vivimos y pasamos por malas épocas, malas situaciones, tenemos que tratar con personas malas, de esas que hoy se llaman tóxicas para que no se ofendan, todos. Nadie se libra de ello, y si no pasas por ellas a lo mejor algo no estás haciendo bien. Perseguir tus sueños, ser buena persona, choca con la gente que ven al resto de sus semejantes como un mero instrumento a utlizar en pos de sus deseos, pero las Artes Marciales, y el Aikido forma parte de ellas, nacieron del combate. Ya no tenemos que ir batiéndonos en duelos de sables, pero debemos peler por nuestros sueños, pero como O-Sensei nos enseñó sin lastimar al oponente. El Aikido cumple una de las máximas del Arte de la Guerra de Sun Tzu, la de convencer a tu enemigo, que siempre es mejor que vencerlo a secas.



Marco Aurelio, el gran emperador de Roma decía: " El arte de la Vida se asemeja más a una lucha que a un baile". Este gran hombre fue un claro ejemplo de lo que predicaba, lejos de acabar con sus enemigos intentó convencerles con sus acciones de lo mismo que siglos después  O-Sensei hablaba. El ojo por ojo no es la mejor receta. Debemos progresar juntos, juntos tenemos más posibilidades de sobrevivir que haciendo la guerra cada uno por su lado...y una de las bases de este comportamiento, de esta actitud, de este modo de ver la vida es.....Equilibrio.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Detrás de las apariencias

Lucha eterna

Bill Finger