Adiós a Yamada Sensei

 


" A los instructores les diría que no se relajen.

Todavía estás en tu Camino.

El Aikido es interminable.

Mejórate, no solo para tí, sino para tus alumnos y para el Aikido.

Esta es tu responsabilidad.

Tomátelo muy en serio"

 

Yoshimitsu Yamada Sensei

 

Triste noticia saber que Yamada Sensei nos dejaba el pasado 15 de Enero de 2023. Lejos de caer en tópicos sobre lo gran persona y maestro que era, que lo era, prefiero quedarme con los pocos momentos que tuve la suerte de compartir a su lado practicando en los cursos que venía junto a Tamura Sensei al principio, y tras la muerte de Tamura Sensei, los que siguió viniendo y enseñándonos su visión del Aikido.  

Lo que más me cautivó de Yamada Sensei fue su capacidad para dejar a un lado el Ego, ya que no eran pocas las veces que dando él la clase, se formaba un círculo de fieles arrodillados para ver cómo hacía las técnicas Tamura Sensei. Siempre me he preguntado que hubiéramos hecho muchos de nosotros de haber pasado por esa experiencia. Yamada Sensei nunca perdió la calma ni su buen sentido del humor, una lección que se me quedó grabada desde el primer curso que pude disfrutar a su lado y que muchos años más tarde me ha servido para sobrellevar los vaivenes que aparecen en el Camino. A pesar de ser un referente en todo el continente americano, pudiendo haberse dedicado a marcar su territorio, nunca ví tales conductas en los cursos de ambos Sensei, comprendiendo que por encima de todo eran amigos, con todo lo que esa palabra implica.



De las innumerables lecciones que aprendí de ellos tal vez esta sea de las más valiosas, la amistad por encima de los egos personales...¡siempre! Yamada Sensei tenía la virtud de saber, sin hacer nada extraordinario, quitarle hierro a esas ideas o conceptos que muchos de nosotros teníamos en la cabeza acerca de los Sensei de Aikido, sobre todo si eran japoneses y alumnos directos de O Sensei. Mostrar sus cualidades humanas que muchas de ellas serían objeto de la palabra patriarcado hoy en día, no hacía más que reforzar esa visión de que la gente que practica Aikido sigue siendo fundamentalmete humana, con todo lo que ello conlleva. Unos de mis recuerdos más valiosos y simpáticos al mismo tiempo es el del curso de Valladolid del año 1997 en Semana Santa, donde mi Sensei obtuvo su 4º dan y tuve la suerte de ayudarle en la consecución del grado. Esa noche salimos a celebrarlo, mi Sensei con su esposa y el resto de la expedición de Castellón fuimos de cena y luego a una taberna. Terminamos a altas horas de la noche con el depósito bastante cargado. Decir que levantarse para ir a entrenar al día siguiente fue una tortura es bastante descriptivo, pero ahí estábamos, más blancos que el traje, sentados en seiza y con un regusto a orujo cada vez que respirábamos. Tamura Sensei entró en el tatami, saludó a O Sensei, y al saludar a Yamada Sensei sonrió...Yamada Sensei se había quedado dormido en seiza. Vicente, mi gran y buen amigo y yo sonreímos, al entender que los Maestros también se habían ido de fiesta. Lejos de parecernos algo contrario a la idea de ser un Sensei, lo que provocó es que nuestra estima por Yamada Sensei creciera.

 

Anécdotas como las mías existen por doquier, cualquiera que haya tenido la suerte de conocerle tendrá una sonrisa mientras habla de Yamada Sensei. Generoso, amable, dispuesto a ayudar a los demás, como hizo con nuestros Sensei de Aikikan España para que la asociación estuviera legitimizada por el Aikikai. Son muchas las cosas que hizo y las palabras se quedan cortas, muy cortas, para agradecer todo lo que hizo.

 


 

Quiero creer que ahora te habrás reunido con tus amigos que partieron antes que tú. Desde aquí solo me cabe decir Domo arigato gozaimashita Yamada Sensei!!




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