Trabajar sobre las intenciones, no sobre las acciones

 


"Arroja fuera de ti los pensamientos que te limitan y regresa a la verdadera vacuidad. Sitúate en el medio del Gran Vacío. Este es el secreto del Camino del Guerrero."

 

Morihei Ueshiba O - Sensei


El otro día entrenando en el Dojo de mi Sensei escuché esta frase en medio de una de sus enseñanzas. Intenta quedarse con todo lo que el Sensei quiere transmitir en sus clases no es una tarea fácil, ya que a pesar de que muchos de los conceptos que propone son fácilmente entendibles para la mente, a la hora de ponerlos en práctica, a la hora de manifestarlos en el plano físico resulta harina de otro costal, y lo aparentemente fácil y sencillo se transforma en algo complicado, el cuerpo es consciente de lo difícil que resulta expresar las sensaciones que nos pide el Sensei.

La mayoría de las veces nos limitamos a repetir las técnicas que vemos sin llegar a comprender realmente el trabajo propuesto. Aunque luchamos contra nuestra propia ansia, la idea de llevar a nuestro compañero al suelo, la idea de terminar la técnica en su forma externa suele al final jugar en nuestra contra. Casi siempre reaccionamos al ataque de uke y estamos lejos de provocarlo. En nuestro ímpetu por derribar a uke chocamos al ponernos con alguien de un nivel superior al nuestro, al mostrarnos todas las palancas y toda la fuerza mal empelada que seguimos utilizando. Si dominamos a uke no somos conscientes de ello, pero cuando alguien que está por delante de nosotros nos hace ver estos errores es cuando empezamos a aprender.

 


 

Desde fuera de la práctica puede resultar frustrante, para el neófito o el ajeno a la práctica del Aikido, esto puede parecer una pérdida de tiempo. La virtud del Aikido, del Judo, del Jiu  Jitsu y cualquier arte marcial que tenga que ver con proyecciones, con agarres, con luxaciones, es que cada vez que realizamos una técnica estamos haciendo un pequeño examen, una comprobación de si lo que hacemos funciona o no. Al no funcionar la mayoría de las veces, la búsqueda sobre cómo conseguir llevar a nuestro compañero al suelo se convierte en nuestros primeros pasos dentro del Camino. Luego eso sólo ya no basta y hay que aprender cómo llevarle al suelo sin brusquedades ni tensiones, buscando la forma más natural de hacerlo. Aquí nos pasaremos la mayoría  de nuestro Camino, y algunos no conseguiremos llegar a otra fase del Camino, aquella de la que hacía referencia O Sensei y que tiene que ver más con la parte espiritual, o como yo creo, con la fase en la que conseguimos que cuerpo, mente y espíritu sean Uno.


Desesperar,quejarse, no me parece una buena solución. Alegrarse por encontrar las dificultades, esforzarse por intentar llegar al Sen no Sen, la intención sobre la intención, me parece una forma más correcta de afrontar no sólo el entrenamiento, la práctica sino también esto tan maravilloso que llamamos Vida...¿tú que crees?




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