Hacer lo que se puede, no lo que se quiere
"Primera regla del combate:
Moverse y cubrirse"
Jocko Willink
El Sábado 25 de Febrero se celebró en Alcoy un curso de Aikido que antes de la pandemia se había convertido en habitual, ya que durante más de cinco años pre pandemia, en los meses de invierno, o bien Enero o bien Febrero, mi Sensei Fernando Valero invitado por el Club de Aikido de Alcoy realizaba el susodicho curso. Como siempre el curso se celebró en el pabellón Francisco Laporta de Alcoy, situado en las afueras de la ciudad. El ambiente del curso fue sumamente agradable, ya que se mezclaron varias sensaciones, entre ellas la alegría de reencontrarse con viejos compañeros de armas, compañeros que no habíamos visto desde hacía tres años en mi caso y, a pesar del frío del invierno el trato recibido por todos los miembros del Club de Aikido de Alcoy fue cálido y cercano.
La clase de la mañana duró dos horas y media, desde las 11 hasta las 13:30, y durante la clase estuvimos trabajando el estudio que el Sensei Fernando lleva desde estos últimos meses. Un enfoque del Aikido más basado en buscar una buena posición fuera de la línea de ataque de uke, trabajando el no oponerse frontalmente para no recibir un golpe, pero al mismo tiempo que todo el movimiento que hagamos tenga su origen en las caderas. Algo relativamente fácil de escribir pero que a la hora de llevarlo a la práctica ya no lo es. Recuerdo que tras la clase de la mañana en los vestuarios algunos participantes hablaban de que tenían la sensación de no saber nada, que "ahora dudo incluso de si hago bien un Ikkyo". No pude evitar sonreír al escucharles ya que son las mismas charlas que solemos tener en los vestuarios de la Escuela después de la clase del Sensei.
La clase de la tarde comenzó un poco más pronto, pero proseguimos con el trabajo propuesto por el Sensei en la clase de la mañana. Se pasó muy rápida, e incluso alargamos en un cuarto de hora su duración.
Todo este enfoque de ver la práctica surge en gran parte del trabajo con armas, del cual mi Sensei hace mucho hincapié, y decir que no es algo que diga por decir, ya que en la Escuela, los lunes, miércoles y viernes, de 20 a 21, hay clase de Iaido y armas de Aikido. Cuando trabajamos con armas la idea de apartarse, de no recibir el golpe, es más clara, principalmente porque si nos pegan nos hacen daño. Con las armas entendemos mejor que no todas las distancias valen, que no me puedo mover si no estoy cubierto. De alguna manera aprendemos a cerrar mejor nuestra posición al mismo tiempo que entendemos mejor el hecho de estar en guardia.
Esta diferencia es notable cuando observas a practicantes cuyo trabajo de armas no es tan habitual. Sus posiciones son más redondeadas, más abiertas, al igual que sus movimientos, y no son pocas las veces que chocan con uke para realizar una técnica. En su afán por querer hacer la técnica olvidan uno de los principios en los que nuestro Sensei insiste: " No se puede hacer lo que uno quiere, hay que escuchar a uke, notarlo, y entonces hacer lo que se puede". Este cambio de paradigma es muy importante para poder seguir avanzando en la práctica, sino acabará siendo la realización de las técnicas un mero forcejeo, que dependiendo del nivel y de la fuerza de uke, haremos mejor o peor, pero cuando no salga nada, no sabremos ir más allá y buscar otra solución.
Este es el verdadero escollo del Aikido, este es nuestro punto más criticado, ya que externamente parece que uke se deja, se está tirando, y cuando practicamos y somos conscientes de que no es así, y notamos en nuestra piel lo difícil de moverse con el otro sin molestarlo, también provoca el abandono de muchos practicantes..."¡Esto no es para mí! ¡Necesito algo más marcial, más de contacto!". La comprensión sin embargo no vendrá de una deliberación sesuda, sino más bien de la práctica. O-Sensei ya nos advertía de ello, y Tamura Sensei también cuando nos decía aquello de que " El Aikido se aprende a través de la piel".
Hacer lo que se puede, otra gran lección para estos tiempos donde muchos vende burras insisten en que todo lo que queremos se puede conseguir. Bienvenidos al barro, al trabajo de siempre, al que nos ha traído hasta aquí...en palabras de Tom Cruise en el Último Samurai: " Creo que un hombre hace lo que puede, hasta que su destino le es revelado"
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