El Aikido es difícil
" El fracaso es la clave del éxito,
cada error nos enseña algo"
O-Sensei Morihei Ueshiba
El otro día estaba leyendo un artículo del Sensei Santos Nalda en la revista El Budoka. El Sensei Nalda hablaba en su artículo acerca de dar un nuevo enfoque en las clases de Aikido, ya que el enfoque o estructura tradicional servía para acabar desalentando a los practicantes y por ende, que decidieran dejar de entrenar Aikido al considerarlo aburrido, incomprensible, una práctica que ya no les motivaba. El Sensei Nalda intentaba dar una explicación a un por qué que surge en estos tiempos post pandemia, y es el decreciente número de alumnos que practican Aikido. Sensei Nalda proponía enfocar la práctica según las tres etapas de enseñanza tradicionales en Japón, aquella de las que ya nos hablaba el Reverendo Sensei Kensho Furuya en su libro Kodo. Estas etapas son las de Shu, Ha y Ri y simbolizan las tres etapas del aprendizaje: el principiante, el estudiante y el de la maestría. Haciendo un paralelismo con el Zen sería como ese dicho que existe sobre el estudio del Zen:
"Primero hay una montaña,
después no la hay,
al final vuelve a haber una montaña"
No seré yo quién contradiga al Sensei Nalda, y sin negar que hay bastante verdad en lo que dice, creo que el verdadero problema del Aikido es que es difícil. Difícil porque aprender la mecánica de las técnicas cuesta relativamente poco tiempo, pero realizarlas correctamente es el Do del Aikido. A menudo pienso en aquello que decía O-Sensei de resolver un combate de forma pacífica, de forma beneficiosa para los dos implicados. Ser capaz de propornerte reducir a tu adversario provocándole el mínimo daño posible, es como siempre, fácil de decir y difícil de hacer, ya que tu primera reacción ante un ataque es ponerte tenso, y entonces tu hipotálamo toma el mando.
Esta pequeña estructura del cerebro nos ha acompañdo desde nuestro origen como especie, y es responsable de las cuatro funciones básicas de todo ser humano, las cuatro grandes F en inglés: Feed, Fight, Flee and Fuck. En castellano estas funciones serían: Comer, Luchar, Huír y Follar. Con todo nuestro refinamiento impostado, al final, en las situaciones diarias nos regimos más como el animal que somos que como el ser racional y evolucionado que nos creemos.
Así que parte de nuestro entrenamiento consiste en reeducar esta estructura y al resto del cerebro para enseñarles que su misión, que es la única que tiene nuestro cerebro, la supervivencia, se puede lograr de otra manera. Pero este proceso requiere de tiempo y de compromiso. Si decidimos aceptar el reto, no va a ser cosa de 100 días, ni de 3 meses, ni de 10.000 horas de práctica. Si decidimos aceptar este desafío es para toda la vida, ya que a la mínima que le dejemos, el hipotálamo como la cabra, tirará al monte.
El Aikido es dificil, y es difícil entre otras cosas por este motivo. Es mucho más sencillo devolver los golpes cuando te pegan que intentar buscar otra vía alternativa. Pero los combates a golpe acaban siempre igual, uno de los contrincantes termina ganando y el otro perdiendo. Ahora sólo perdemos combates y es nuestro Ego el más perjudicado. En la época de O- Sensei los combates solían terminar con la muerte de alguno de los implicados, o con lesiones que mermaban el resto de sus vidas. Ante esta situación O-Sensei buscó y encontró una Vía, un Camino de resolver una situación agresiva de una manera más beneficiosa para los implicados.
Esta dificultad empieza por nosotros mismos, ¿realmente estamos dispuestos a no luchar con nuestro eontrincante?¿realmente buscamos no hacerle daño? Nuestra cabeza podrá decir que sí, pero nuestro cuerpo delatará si es real o no nuestra intención, por eso es descorazonador practicar Aikido. Somos conscientes durante la práctica de cuán fácilmente nos engañamos. ¿Eres capaz de soportar esta verdad?
Nos vemos en el Dojo.
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