Zen y Aikido vol.2

 



¿Cuál es el objetivo de nuestra práctica?

 Redescubrirnos nuevamente cada día, en esta vida en la que cada día es el primero de todos. 

En esta vida ilimitada se trata de descubrirnos a nosotros mismos de forma completamente nueva, sin imitar a nadie ni apelar a lo aprendido de memoria. 

¡Créate a ti mismo!

 ¡Redescubre tu propia vida!


Si sabes cuál es el propósito de tu vida haz todo lo posible para realizarlo.

 No es necesario invitar a otros a acompañarte en ello. 

Nadie más puede hacerlo por ti.

 Eres tú quien debe crear tu propia vida.





Hago simplemente lo que puedo.

 Esto significa seguir mi camino hasta el final.

  Dices: “Me gustaría ser como tú”.

 ¿Quieres ser tan feliz como los demás?

 Tu felicidad no se parece a la felicidad de ninguna otra persona.

 Has de descubrir tu felicidad por ti mismo.

 Rodin dijo una vez que cada ser humano es artífice de su fortuna. 

Cada uno encuentra la felicidad a su propia manera.

 Cada uno afina su felicidad, cada uno la construye.

 Es importante que no pierdas de vista tu propia felicidad.

 No importa cuál sea tu destino, es TU destino.

 Cada uno de nosotros ha de vivir su propio destino, en todo momento, en todo lugar.

 Ahí nadie puede ayudarnos.




Yo, aquí y ahora.

 En este preciso instante cada uno de nosotros ha de llenar el universo entero.

Cada día es el primero de la vida.

 Vive este día como si hubieras venido al mundo en este día. 

El día de hoy es la continuación del de ayer, y el día de mañana es la consecuencia del de hoy.

 El viejo ciruelo vuelve a florecer este año. 

Lo que es extremadamente viejo es también constantemente nuevo.


Sólo cuando algo existe por sí solo, desligado y transparente… entonces es también, a un tiempo, uno con el universo. 

 ¿Cuál es el propósito de esta vida? 

Tomar las riendas de tu verdadero yo.

 Reconocer cuál es tu auténtica tarea. 

 Lo importante es que tomes las riendas de ti mismo y encuentres de este modo finalmente el sosiego.

 Deja de desear siempre algo nuevo y vivirás en el cielo. 

Encontrarás una auténtica paz de espíritu cuando empieces a preocuparte por lo que debes, luches por tu vida y hagas todo lo posible para no perderte de vista a ti mismo.

 La “paz de espíritu” que es sólo “paz de espíritu” es un producto artificial. 

Tu mente se precipita en el desasosiego precisamente porque persigues constantemente esta “paz de espíritu”




Nadie puede regresar a lo que una vez fue. 

No hay nada que aparezca dos veces de la misma forma. 

Todo existe una única vez, en este instante.


¿Qué puede haber más lastimoso que alguien que se queja constantemente de su propia desgracia?

 Cuando conozcas con claridad que tu vida está conectada con el universo, ya no te importará si en el escenario representas un papel principal o secundario: en cada una de tus acciones desplegarás toda tu fuerza vital.




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