Guerra

 








"El mundo no tiene sentido hasta que le obligas a tenerlo"


Frank Miller


Guerra, esa palabra tan mal vista, tan denostada por la Sociedad. Todo lo que hemos aprendido acerca de la guerra es que la guerra es mala, es un mal que nos acompaña desde el principio de nuestra especie, desde que como aparece en la película 2001 de Stanley Kubric uno de nuestros antepasados más peludo y con cara de mono, cogió un palo, ¡un palo! para arrearle a otro semejante en toda la jeta. Desde ese momento la lucha por imponer voluntades de un lado u otro ha sido constante. 


Con la creación de las armas nucleares este ansia que sentimos por defender e imponer lo nuestro se vió algo refrenado, pero tan solo algo. Y con la llegada de los hippies, con sus drogas, sus flores, su otro modo de vivir la guerra pasó a ser condenada. El problema es que esa condena no paró ahí, y poco a poco cualquier expresión de violencia fue condenada, ya que la violencia es un acto asociado a la guerra. Arrearle a un congénere con las manos, con un palo, con un sable, con cualquier cosa que se os ocurra necesita de violencia. Es un hecho violento en si mismo. Y poco a poco esta condena de lo violento ha ido creciendo. 




No seré yo el que decida qué es o no lo correcto. Pero esta condena cada vez va a más, y la Sociedad condena fervientemente cualquier expresión y ataca a las raíces de esta violencia. El machismo es ahora una de sus víctimas. El machismo entendido como aquello que algunos Iluminados quieren que lo entendamos. La masculinidad es atacada, ya que generalmente la mayoría de las personas que van a la guerra son Hombres. También hay Mujeres, que luchan, sangran y su sacrificio es igual de importante que el de sus compañeros. Pero como dije anteriormente la herencia recibida del movimiento hippie ha calado. La visión de todo el mundo es bueno ha calado. Nos quieren hacer creer que vivimos en un buenismo que está bastante alejado de la Realidad.


Todas estas teorías y proclamas anti sistema suelen venir de niños y niñas ricas, de hijos e hijas de papá, vamos de lo que en mi época se llamaban pijos y pijas, hoy creo que se llaman cayetanos y cayetanas. Desde la opulencia de una vida fácil y cómoda cuán fácil resulta dar consejos a los demás. En cambio para el resto de mortales currantes que tenemos que lidiar tanto con buenas personas como con malnacidos y malnacidas estas teorías y consejos os diría yo donde pueden metérselas.




Curiosamente hace un rato acaban de colarse por enésima vez unos adolescentes en mi piscina. En estos días de hoy no puedes echarlos a patadas de tu propiedad, mejor dicho, no debes, a menos que quieras buscarte un montón de problemas por sacudir a un adolescente. Así que te toca aguantar que te insulten, que te amenacen, y que el nene haga lo que le salga de los huevos. Si le pegaras la hostia que se merece el malo serías tú, obviando que el cabrón ha saltado una valla y se ha colado en una propiedad privada. Y este es sólo un ejemplo de todas las mierdas que tenemos que aguantar consecuencia de este buenismo malsano.


También todos y todas estas transgresoras, que odian cualquier tipo de autoridad y no paran de lanzar proclamas contra hombres y mujeres que han decidido trabajar defendiendo a los demás, nos hacen creer, o nos quieren hacer creer que la existencia del Ejército para defendernos es una idea obsoleta. Las armas son malas dicen, todo el mundo es bueno dicen, y luego siempre hay alguien que te recuerda lo alejado que vives de la Naturaleza pero que sigues perteneciendo a ella.




Las Artes Marciales forman parte de nuestra herencia cultural, forman parte de nuestra Historia como guerreros y guerreras. Entrenamos en la lucha y aprendemos a gestionar justamente esa violencia que otros critican con tanto ahínco pero que no paran de utilizarla en su día a día. Las personas más tranquilas y honestas que he conocido se dedican a estos fines. Entrenan su violencia para aprender a lidiar con ella. Se preparan todos los días que entrenan para la Guerra, y como los romanos decían " Si quieres Paz, prepárate para la Guerra". 


En un Mundo donde cada vez nos estamos volviendo todos más gilipollas el papel de las Artes Marciales para desarrollarnos como mejores personas es esencial. Por mucho que intenten abolir la Guerra es algo imposible. La Guerra forma parte de la Vida. Todos los días es una batalla, una batalla sin tregua, una batalla que nos obliga a dar lo mejor de nosotros mismos, ya que ese enemigo tan temido y odiado, ese enemigo que convierte nuestra vida y la de los demás en un puto Infierno.... somos nosotros mismos.





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