Encuentro y desequilibrio

 



" El progreso sólo viene a través de la práctica constante.

Acumula y mantente fiel a ti mismo.

No esperes enseñanzas secretas, 

no te llevarán a ninguna parte"


O Sensei Morihei Ueshiba


Dos puntos importantes en nuestra práctica, básicos. Esas bases que tenían que estar bien trabajadas e interiorizadas como nos recordaba en sus enseñanzas Gozo Shioda Sensei, uno de los mejores alumnos que tuvo O Sensei, y creador del estilo Yoshinkan de Aikido. 


El encuentro, el Ai, del Aikido, el principio sin el cual no puede existir una buena ejecución técnica. Es imposible realizar una técnica correctamente si este encuentro, esta unión no se produce. Todo lo que suceda si esta unión no se produce será consecuencia de un forcejeo en el mejor de los casos, o peor aún, que nuestro compañero se tire, se caiga solo, haciéndonos creer que poseemos un nivel técnico que no es cierto. En los entrenamientos que tengo la fortuna de dirigir suelo hacer hincapié en este aspecto. Uke tiene que ir a pegar al compañero, a pegarle de verdad. Si el compañero se come el ataque no es culpa de Uke, Uke está haciendo lo que tiene que hacer, que es atacar de forma seria y sincera. Un mal ataque es perjudicial para Uke ya que no posee un escudo u otro tipo de defensa que le proteja. Su única protección es lanzar un buen ataque que le sirva al mismo tiempo de defensa y ataque, al igual que sucede con nuestra práctica de Iaido. Defensa y ataque en la misma acción, a través del corte o pinchazo con el sable. Y ante esta intensidad, Nage, Tori, ha de mantenerse firme y buscar a Uke, con el mismo principio, no posee un escudo, no hay nada que le proteja, su protección viene de su desplazamiento, su tai sabaki que se convierte también en ataque y defensa al mismo tiempo. Esta es una de las bellezas de practicar Aikido, dos intenciones puras se enfrentan, y de ese conflicto surge una resolución lo menos lastimosa para ambos, y recalco lo de menos lastimosa. Aikido sigue siendo un Arte Marcial, un arte desarrollado para encarar una situación violenta. Dejemos el buenismo y la mal entendida filosofía del Arte de la Paz a un lado, y entrenemos seriamente. Nos estamos jugando nuestra integridad física y la de nuestro compañero.



 

Una vez hemos conseguido el Ai, la unión con Uke, viene el siguiente paso, romper su equilibrio. Este es otro punto esencial, otra de las bases del entrenamiento. Mientras Uke mantenga su equilibrio será difícil poder realizar alguna técnica. Como en el caso anterior o lo hado a través de ser más fuerte, o mi compañero colabora y se deja caer. Ambas posibilidades son erróneas. Hay que conseguir romper el equilibrio de Uke. Una vez lo consiga la lucha de Uke cambia. Ahora su intención se centra más en la caída. Ha de mantener su intención de ataque, pero el hecho de sentirse desequilibrado, de notar que se cae, distraerá su atención. Ese pequeño margen es el que necesitamos para realizar la técnica. 


A menudo observo a "Maestros" realizar técnicas enrevesadas de técnica y contra técnica, donde Uke pierde su equilibrio, lo recupera, y lo vuelve a perder. Para mí este tipo de entrenamiento es un error, cuanto más dura un combate peor, más probabilidades de sufrir un ataque tenemos. las técnicas tienen que ser sencillas y directas. Asistiendo durante casi veinte años a los cursos de Tamura Shihan jamás le ví realizar estas patochadas que si he visto en Maestros de muchísimo menor nivel. En la sencillez reside la Maestría y en lo complicado la falta de un buen trabajo de Aikido.



Hay que entrenar de forma más humilde, bajar al barro siempre, independientemente del nivel que tengas. Has de hacer ukemi, has de trabajar de suwariwaza, has de entrenar como si fueras un principiante. Eso es lo que más valoro de todo lo que intenté aprender de Tamura Sensei, a ser sobre todo y siempre...un gran trabajador.




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