Una piedra, otra piedra, otra....y otra
"La perseverancia es una de las artes más difíciles,
pero a quien persevera le corresponde la victoria final"
Christopher Reeve
SUPERMAN
Esta tarde entrenando con mis compañeros en la Escuela de Artes Marciales donde tengo la gran suerte de dar clases como instructor hemos vuelto a topar con uno de esos obstáculos tan propios de la práctica de Aikido. Estábamos entrenando de suwariwaza Ryokatadori Nikkyo Ura y nos encontrábamos con los mismos problemas de siempre a la hora de realizar esta técnica, siendo el mayor de ellos nuestra insistencia de querer mover a uke para poder hacerle el Nikkyo, que tanto nos gusta por lo doloroso que es. Bromas aparte la sensación de hacer Nikkyo, de sentir que lo estamos haciendo bien y que nuestro compañero cede es algo que como dice José Mota "nos llena de ansia".
Pero como todo en Aikido, si forzamos una situación, si forzamos a Uke a realizar una acción contraria a su ataque, la técnica no sale. Siempre podemos tirar de usar la fuerza pero si Uke es más fuerte, o tiene más nivel que nosotros, la técnica no va a salir, y la frustración pronto hace acto de presencia.
Podemos optar por culpar a Uke de su ataque: es muy rígido, demasiado violento, no hay nada y una larga lista de causas que podemos recopilar, pero eso no cambiará el hecho de que no somos capaces de realizar la técnica correctamente. Uke ante nuestras quejas puede optar por facilitarnos el trabajo, cediendo cuando no debería hacerlo, dejándose inmovilizar, para hacer que nos sintamos bien...¡con una mentira!¡Una mentira! Ya que en ningún caso estaremos realizando bien la técnica.
El problema de estas mentiras es que pueden llegar a convertirse en Verdad para el que realiza la técnica, y ante la aparente facilidad con que realiza las técnicas, puede llegar a creerse poseedor de un nivel que no tiene. Mientras sigamos viendo el problema en el contrario, en el compañero difícilmente podremos evolucionar. Podremos aprender a tener una mayor habilidad a la hora de realizar una coreografía pero la realización de un trabajo serio y eficaz...¡ni de coña!
Aprender, o mejor dicho, empezar a comprender que somos nosotros mismos el primer obstáculo para que la técnica se realice correctamente, es tan sólo uno de los numerosos obstáculos, de las numerosas piedras que tendremos que superar en el Camino, pero cuando somos capaces de poner la vista en nosotros, de preguntarnos por qué las cosas no salen, qué estoy haciendo incorrectamente, entonces el Camino, que puede ser de baldosas amarillas como en el Mago de Oz, aparece.
Para poder progresar hemos de saber qué estamos haciendo bien y en qué nos estamos equivocando, y nunca culpar a otro si nuestro progreso no es el deseado. La llave de la victoria o de la derrota está dentro de nosotros...¿Dónde si no?
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