Los años de Bodhisattva
"Solo les gusta ser radicales. No saben entender el mar.
- Nunca captarán la vena espiritual.
- No te irás a poner a cantar, ¿eh?
- Podría.
- Aún no has entendido qué es eso de cabalgar las olas, ¿eh?
- Es un estado mental.
- Un mundo en el que te pierdes y te encuentras.
- Aún no lo sabes, pero lo tienes escrito."
Bodhi y Johnny Utah
Casi 32 años después de haber visto esta película, perdón, este peliculón, las enseñanzas de Bodhi, interpretado por el malogrado pero tremendamente querido Patrick Swayze, siguen vivas. Durante estos años, aquellas enseñanzas puestas en la pantalla de cine, que algunos podrían catalogar de panfletos de filosofía de usar y tirar, lejos de ser olvidadas han ido madurando y algunas de esas enseñanzas siendo entendidas con las lecciones que nos ha ido deparando la Vida.
Verás, en un principio, mis amigos y yo nos quedamos fascinados por la lección que por aquel entonces entendimos de la película, vivir al límite pero sin tener la necesidad de usar alcohol y drogas para poder desfasar. Nuestro esfuerzo, nuestra locura no estaba sujeta a excusas, hacíamos lo que hacíamos porque así lo habíamos decidido. No quiere decir esto que nos convirtiéramos en unos ladrones de bancos surferos pero sí que sirvió de acicate para que pasáramos noches sin dormir empalmando entrenamientos de Aikido y fiestas de noche. Todo con la idea de a través del esfuerzo conseguir llegar a un plano de comprensión de la Realidad diferente al que veíamos que tenía el resto de la gente.
La década de 1990 fue para nosotros la década de descubrir el Mundo fuera de nuestros hogares. Habiendo sido criados en unos valores principalmente católicos empezábamos a descubrir un nuevo mundo fuera de esos patrones. La práctica del Aikido, en mi caso, junto con la carga espiritual que conllevaba hicieron que mi búsqueda me llevara a aprender sobre el Zen gracias a los libros de Taisen Deshimaru, de los que aprendí un nuevo concepto de Vida y de Muerte que nada tenía que ver con lo aprendido hasta ese momento.
El Budismo no tardó en aparecer y coincidió con una explosión del interés de Occidente por esta religión, que no tardó en aparecer en el cine con películas como Pequeño Buda y de la que estamos hablando, Le llaman Bodhi (Point Break) con un jovencísimo Keanu Reeves como aprendiz del Bodhi. Todos nos sentimos Johnny Utah, todos queríamos cabalgar la ola y llegar a ese estado mental que Bodhi buscaba. Dicen que los años noventa fueron unos años oscuros pero para muchos de nosotros fueron resplandecientes.
Tal vez ahora estés pasando por un mal momento, tal vez ahora la Oscuridad sea tan grande que te cueste creer que la Luz sigue existiendo, pero la Luz, tu Luz siempre puede volver a brillar. Espero que encuentres tu Camino.
Hasta la vista amigo!!
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