Manteniendo el foco

 

"Una meta no siempre hay que pretender alcanzarla,

a veces sirve para mantenernos en el Camino"

Bruce Lee

El entrenamiento en Aikido nos permite ver nuestro día a día de una forma más tranquila, pero eso no evita que los males que nos acucian y que nos llevan molestando durante años dejen, precisamente, de causarnos malestar. Será cosa de nuestro cerebro que está preparado para detectar cualquier tipo de amenaza o de hecho negativo que nos suceda, será cosa de nuestra propia historia personal donde cada uno de nosotros ha sobrevivido como ha podido, pero lo cierto es que por mucho que entrenemos lo que nos molesta sigue molestando. 

Es relativamente fácil caer en las telarañas que tejen la gente malvada, ya que la mayoría de nosotros se dedica a ir a lo suyo, y no dedica tiempo a ver cómo puedo joder a los demás o cómo puedo aprovecharme de ellos, pero los malos y las malas, la Maldad no distingue entre sexos, siempre están ahí haciéndote la Vida un poco menos placentera. Detrás de sus acciones se encuentran personas perezosas, envidiosas y con un alto grado de soberbia, que consideran que cualquier acción suya está justificada, y que los demás estamos para servir a sus necesidades. Cuando te enfrentas a esta gentuza el insulto es lo primero que recibes, generalmente por la espalda, a la cara se guardan su reacción, aunque cuando llevas peleando con ellos y ellas cierto tiempo, acciones como apretar la mandíbula y un cierto enrojecimiento de la cara no pasan desapercibidos. De los insultos te enteras después, siempre hay alguien que te acaba comentando lo que el malvado o la malvada han dicho sobre tí....¡nada bueno!¡Qué sorpresa!

Pero el problema de la mierda es que siempre huele mal. Da igual lo que hagas, la mierda es mierda y siempre va a oler mal. Y el hedor siempre te va a molestar, independientemente del tiempo que pases a su lado, siempre te va a molestar el olor a mierda. Y los vapores de la mierda te pueden llegar a confundir, a marear, a perder de vista lo que sabes que es bueno para tí. Cuánto más perdido te encuentres mejor será para esa gentuza, cuánto más desesperado estés más se aprovecharán de tí. No busques piedad en ellos, no la hallarás. Esa gentuza detesta a la gente con compromiso, ya que tu mera presencia les recuerda todo de lo que ellos y ellas son incapaces de hacer. Su ilusión es verte destrozado, pero si sigues luchando, si aguantas el tipo te dejarán en paz por un tiempo....¡pero no olvides que esa gentuza siempre está conspirando y en algún otro momento acabarás chocando con sus acciones!

Mantener el foco en lo que realmente te importa puede ser un salvavidas en medio de la tempestad, pero no es algo eterno. Para liberarte del yugo de la gente malvada hace falta más, hace falta que seas consciente de que la batalla se libra día a día, de que como en el Hagakure decía "tienes que estar preparado para luchar a muerte si es preciso". La gente malvada, la gentuza perezosa y envidiosa suele ser cobarde, y cuando muestras un poco de fuerza respaldada de legalidad reculan como los seres rastreros que son...¡y entonces pretenden ser tus amigos y amigas!

  

¿Para qué sirve el Aikido?¿Te puede librar el Aikido de estas personas?¿Puedes superar estas situaciones con la práctica de Aikido? La respuesta debes encontrarla tu mismo. Podría mentirte y responder afirmativamente pero creo que la respuesta a estas situaciones y al hecho de tener que tratar con gentuza no es sencilla. Hay muchos condicionantes y variables en cada uno de nosotros, y lo que he aprendido hasta el momento es que mantener el foco en las cosas que quiero me ha servido para seguir capeando el temporal, pero las malas acciones de estas personas, su pereza, su desidia, su egoísmo no dejan de molestarme. No tengo una respuesta clara para estas cuestiones, pero sé que la práctica de Aikido me proporciona cierta calma, necesaria para seguir en la lucha contra el Mal.

A veces escucho que no hay gente mala, que tan sólo son ignorantes de sus propias acciones, pero que en el fondo todo el mundo es bueno. No lo creo, mi experiencia me ha demostrado que la gente mala existe, que no actúan por ignorancia, lo hacen a sabiendas de lo que implican sus acciones, y nada les produce mayor gozo que salirse con la suya. El Mal existe, está ahí, en nuestro día a día. Y para combatir ese Mal, para eso si sirve el Aikido.

Abrazote!!

Félix