David, un instante en el Tiempo





 


"La Muerte le pregunta a la Vida:

¿Por qué a ti todos te aman y a mí todos me odian?

La Vida responde:

Porque yo soy una bella mentira y tú una triste verdad"


Anónimo


¿Qué se puede decir ante la presencia de la Muerte? ¿Qué se puede decir que no se haya dicho, que no suene a repetitivo? La verdad es que no tengo respuesta. A veces la Muerte es algo que se va anunciando con el paso de los días, es algo que ves venir, pero en mi experiencia, la mayoría de las ocasiones ha sido algo repentino y para nada esperado. Da igual lo estoico que quiera ser uno, lo preparado que uno se crea ante Ella, lo cierto es que cuando aparece te golpea y te deja sin aliento, sin palabras, sin saber qué decir o qué pensar. La Muerte es nuestra más terrible experiencia, ya que asistimos como testigos impotentes a la pérdida de nuestros seres queridos, de nuestros amigos y amigas, de aquellas personas que conocemos en diferentes ámbitos de la Vida y que por su forma de Ser nos caen irremediablemente bien, de cualquier persona conocida o no, y ante lo cual no podemos hacer nada, ¡Nada!


Es nuestro destino, es hacia donde se encamina la Vida de cada uno de nosotros, es nuestro destino común. Ninguno vamos a poder eludirlo, ni siquiera aunque nos congelen esperando despertar más adelante. Todo se dirige a Ella. Asistimos con tristeza como nuestros seres queridos se marchan a un viaje sin retorno, y nuestra mente no puede evitar sentirse inquieta ante tan oscuro destino. ¿Qué habrá allá?¿Qué me espera?¿Hay Vida después de la Muerte?¿Volveré a encontrarme con mis seres queridos?




Personalmente en estos jodidos momentos siempre tengo la sensación de que me gustaría poder tener el suficiente poder para romper la cuarta pared, tener poder para rasgar el tejido de la Realidad y saber algo más del sentido que tiene nuestra existencia. Cuando la Muerte aparece, cuando nos visita, todo pierde su sentido, todo parece vacío y carente de propósito. Al recordarnos nuestra propia mortalidad todo parece derrumbarse y el día a día se convierte en algo más insulso, en algo rutinario pero falto de Esperanza.


En estos momentos terribles de vulnerabilidad por desgracia siempre hay buitres, que se alimentan de nuestro dolor y del de todos que sienten la pérdida por un ser querido. Es fácil caer en sus garras, pues nuestras ganas de luchar están por los suelos, la tristeza anula nuestra capacidad de lucha. Volver a luchar lo conseguiremos con el paso del tiempo, pero con una herida más en nuestro corazón. La tristeza siempre estará ahí, nos acompañará, será nuestra compañera de viaje, pero eso no significa que no podamos seguir hacia delante.




¿Por qué morimos? No lo sé ¿Por qué vivimos? Creo que la respuesta más honesta que se me ocurre es que tampoco lo sé. ¿Por qué perdemos a las personas que queremos, a los amigos, a las amigas, a aquellas personas que nos caen tan bien y que nos ayudan siempre que pueden? No lo sé, no lo sé ¿Por qué tenemos que sufrir? Tampoco lo sé.

Con el paso de los años me niego a creer que haya que pasar por épocas malas, por pérdidas, para valorar lo que tenemos. Me parece una tremenda estupidez. ¿La  Vida es un regalo? Sin duda, pero no está exento de dolor. La Realidad se me escurre como arena entre los dedos de mi mano sin llegar a comprender de qué va todo esto. 


Otro amigo parte de manera inesperada, antes de tiempo, sin llegar a disfrutar de mi medio siglo de edad. Tu partida repentina me dejó en shock en medio de un montón de faena, sin poder procesar el hecho de que ya te habías ido. Ayer viendo tu cuerpo sin Vida me di cuenta de que tu risa, tu buen humor, tu forma de Ser tan buena con todos ya no estará cuando vaya a entrenar. ¿Quién cantará ahora en la ducha?


Hasta dentro de un rato David. Espero verte en el Otro Lado.






El teu company del Lung Tao.


Félix

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