Kill your idols
"Era un hombre que vivía en el Camino del Infierno, siempre entre la vida y la muerte, y era escogiendo la muerte como encontraba la Vida"
Kazuo Koike, Lone Wolf and Cub
Hace ya muchos años cayó en mis manos un manga de Kazuo Koike y Goseki Kojima titulado Lone Wolf and Cub. Por aquel entonces el manga era algo casi desconocido en nuestro país, y conseguí leerlo porque un amigo mío se lo había comprado en una tienda de cómics de importación. Lo primero que me llamó la atención fue que la portada del manga estaba dibujada por Frank Miller, que ya entonces se había convertido en uno de mis autores favoritos gracias a obras como El Señor de la Noche y Born Again. La de veces que habré repetido frases de esas obras cuando iba cargado de alcohol solo Dios lo sabe, pero bueno a lo que íbamos, a mis manos llegó este manga donde se narraban las aventuras de un ronin (samurai sin señor) y su hijo, los cuales estaban perseguidos por la ley al ser los únicos supervivientes de una matanza entre clanes de samurais. El padre se buscaba la vida como podía, y ejercer de asesino para alimentar a su hijo estaba entre sus actividades. Si mal no recuerdo en ese número alguien contrataba al padre para que matara a un monje budista que estaba considerado como un santo. La historia del manga era una metáfora sobre como tendemos las personas a mitificar a nuestros semejantes, sobre todo a aquellos que han conseguido algún tipo de éxito en la vida. De una manera radical proponía acabar con las mitificaciones y demostrar que incluso los ídolos tienen los pies de barro.
Esto viene a colación porque esta mañana estaba escuchando al psicopatólogo José Luis Torres hacer una reflexión sobre Víctor Frankl y su célebre obra El Hombre en busca de su sentido, una obra que tenía mitificada pero que gracias a la reflexión de José Luis Torres he empezado a ver desde otra perspectiva. Reconozco que apenas sabía algo acerca de la vida del señor Frankl, pero cuando me he enterado del verdadero tiempo y en qué momento estuvo recluido en los campos de concentración, reconozco que una mala hostia me ha invadido. He sentido que me habían estado tomando el pelo muchos años, y el recuerdo de mi tío abuelo se ha hecho más presente. No he podido evitar pensar que habría sido del Sr Frankl si hubieran coincido en tiempo y lugar con mi tío abuelo...¡igual no hubiera sobrevivido! ¡Como Rafael, que murió con 45 kg de peso!
Banalizar acerca del sufrimiento humano, poner el foco en que todo lo que nos sucede depende de nuestro punto de vista, obviar las circunstancias me parece cuanto menos poco ético. En estos años que he sentido más curiosidad por el estoicismo al final me he acabado encontrando con lo que llamo Los Vengadores Estoicos, y al igual que el supergrupo de Marvel Comics formado por sus superhéroes más importantes, estos Vengadores Estoicos están formados por sus representantes más notables:
- Epicteto
- Marco Aurelio
- Ryan Holiday
- Tim Ferris
- Nassim Taleb
- Dr. Jordan Peterson
- David Epstein
- Dale Carnegie
- Marcos Vázquez
- Víctor Frankl
- Séneca
En todos los podcast acerca de estoicismo, estos once jugadores aparecen de una u otra manera, y sus reflexiones acerca de las cosas que nos suceden en la vida son repetidas a forma de oración. Sus reflexiones terminan siendo enseñanzas, y luego acaban convertidas en doctrina. El problema es el de siempre, son cosas que la mente cree entender, que la entretienen, pero que rara vez llegan a ser comprendidas en su totalidad.
Desde mi humilde punto de vista creo que seguimos buscando fórmulas mágicas que nos aclaren el hecho de por qué y para qué vivimos. La única certeza es la Muerte, todos vamos a morir, pero más allá de eso no existe nada tan certero. ¿Pudiera ser que el temor que nos provoca nuestra propia mortalidad nos obligue a buscar una salida?
Si algo aprendo de mi entrenamiento en Aikido es que cada pequeño avance conlleva horas y horas de entrenamiento, que la comprensión que tanto buscamos solo llega después de muchos años de trabajo, que como dice mi Sensei lo que es válido para hoy puede que no lo sea para mañana, que hacemos lo que podemos y no lo que queremos. Vivir es un desafío, es una aventura donde aunque viajemos por terrenos conocidos no sabemos a ciencia cierta cómo va a terminar nuestro día...un compañero mío del trabajo lo resume bastante certeramente: "¿Hoy hemos echado el día? ¡Pues mañana ya vendrá otro!"
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