La eterna contradicción
"Somos los hombres huecos,
somos los hombres rellenos reclinados
juntos en una almohada de paja"
Coronel Walter E. Kurtz
¿De dónde proviene toda esta tristeza,
toda esta miseria,
que se desliza por debajo de nuestra consciencia?
Creemos ser seres racionales,
pero viendo el mundo de hoy,
a menudo me pregunto,
¿lo somos?
¿nos permiten serlo?
¿O tan sólo vamos de aquí para allá
embutidos en una amalgama de emociones?
¿Llegamos a pensar alguna vez,
o tan sólo reaccionamos al ambiente?
Últimamente pienso mucho en el pasado,
tal vez demasiado,
intento averiguar en qué momento se torció todo,
¿fuí consciente de ello,
o reaccioné a las circunstancias?
¿Elegí libremente o me engañé a mí mismo creyendo que lo hacía?
Ninguna respuesta llega,
tan sólo una relativa calma los días buenos,
pero los días malos están llenos de una intranquilidad molesta,
el susurro del pasado se convierte en un gran megáfono
en el interior de mi cabeza,
en el interior de mi cuerpo,
en el interior de mi alma.
La Esperanza muere y sólo queda un vacío,
un triste y ruidoso vacío,
que me arrastra hasta lo más profundo de mí,
que me arrastra hasta el abismo de mi Ser,
de esa parte oscura que habita en todos nosotros.
La Maldad pugna por salir,
por destruir este mundo maniqueo y lleno de mentiras,
donde El Mal hace tiempo que ha triunfado.
Mi eterno dolor llora como un niño solitario,
como un perro abandonado en la carretera que llora y
corre detrás del coche que le acaba de dejar tirado en la cuneta.
¿Dónde está el Amor?
¿Realmente existió o tan sólo fue otra ilusión más de este mundo retorcido?
Consignas y remedios de segunda
para una gente de tercera,
creemos ser dioses y no llegamos a la altura de un caracol,
nos arrastramos intentando llegar a un Destino que no llega,
mientras que el auténtico Destino nos aguarda a la vuelta de la esquina.
Atrapado en este laberinto
donde el Camino se retuerce a cada paso,
donde la Apatía se apodera cada día más de mi alma,
donde la Mentira reina con toda su crudeza,
¿Dónde te escondes Verdad,
dónde te ocultas,
en qué momento perdí tu gracia?
¿Qué fuè de aquel joven con sueños,
qué fueron de aquellos años brillantes,
cuándo marcharon para no volver jamás?
Como un perro abandonado a mi suerte
transito por este maldito e infernal laberinto de
mentiras
y
espejismos
Comentarios
Publicar un comentario