Tú puedes hijoputa!!!

 





"Porque cada vez que los cerdos me agarran,

se masturban con el avión nazi"


Ice Cube


Este fin de semana estoy preparando los entrenamientos de la semana de vuelta a la Escuela Lung Tao. Antaño este fin de semana servía para hacer una lista de objetivos, una lista tan larga y ambiciosa que apenas acababa cumpliendo más allá del 30% en el mejor de los casos. Este año he optado por reflejar en el papel lo que ya hago diariamente y como decidí después del curso en memoria de Tamura Sensei celebrado el pasado mes de Julio, aumentar el trabajo con armas. 


Lejos de las ínfulas del pasado donde las programaciones rezumaban un aire de gran maestro, o de erudito en la materia, ahora lo único que plasmo en el papel es una programación que me guíe para poder ayudar mejor a mi compañero César en la preparación de su examen de Nidan, ver el trabajo que tenemos que hacer escrito en la libreta me ayuda a no perder tiempo en los entrenamientos.


También me he propuesto apuntar los fallos, sensaciones, pensamientos que surjan después de estos entrenamientos, algo que en un pasado pre pandemia solía hacer y que dejé de lado sumido en mi auto compasión, pero como mencioné en uno de esos podcast que grabé el mes de Agosto, ¡ya está bien! ¡Estoy donde estoy y a partir de ahí he de seguir trabajando!




Hacerte mayor no sé si trae algo de sabiduría, en mi caso creo que es algo de conocimiento, pero no por el hecho de estudiar sobre algo, sino más bien por tropezar muchas veces con las mismas piedras. El poco conocimiento que poseo viene de ahí, de haber pasado muchas veces por experiencias y situaciones similares. Como decía uno de mis sargentos en el Servicio Militar si sé algo es porque llevo cinco minutos más de mili que otros....¡pero nada más!


Cuando tenía 18 años estrenaron una película en USA llamada Boyz n the Hood de John Singleton, donde nos mostraban las vidas de cuatro amigos negros en el ghetto donde vivían. Hasta un año después no la vi con mis amigos pero el impacto que causó en nosotros fue realmente grandioso. Hasta ese momento nuestro conocimiento de la vida de la gente negra en USA se limitaba a algún vídeo de Public Enemy y a la película Colors protagonizada por Sean Penn y Robert Duvall, donde los negros eran todos unos traficantes y maleantes. De hecho a excepción de Eddie Murphy, Sam Wilson, T'Challa y el joven Will Smith, la mayoría de los negros para nosotros eran sinónimo de gente chunga.


Y llegó esta película que nos cambió nuestra forma de ver a los negros para siempre. Uso esa palabra porque el eufemismo gente de color me parece lo más racista que se ha inventado, al igual que la palabra nativos americanos. Siempre me ha dado el tufillo que detrás de todo este buen rollismo se esconde una tremenda hipocresía, que para nuestra desgracia es la norma imperante de nuestros días.


Aprendimos como era la vida en un ghetto, aprendimos como esos malvados que salían en cómics y películas no eran tal cual nos lo mostraban, aprendimos que eran chavales como nosotros con problemas similares, aprendimos que el color de la piel no importaba, que lo que hacía que resonara algo en tu interior era esa experiencia de vida que tenían, aprendimos que no hace falta ser negro para sentirte como un paria y que la gente te trate como una mierda, pero también aprendimos otra cosa, aprendimos a luchar, a echarle huevos ante las injusticias, y encima a molar siendo el hijoputa más duro del barrio.





Ahora parece que esos tiempos se acabaron y que como mencioné antes una ola de mentira e hipocresía se ha instaurado en nuestras vidas, donde hay que ser falso y no atreverte a decir lo que sientes y piensas, y frente al hecho de volver a los entrenamientos mañana noto como el fuego del pasado lejos de menguar crece, como si la certeza de una vida mortal hiciese que ese fuego se reavivara una y otra vez.  A mi edad empiezas a ser visto como un dinosaurio, como una vieja gloria, desprovisto de la sabiduría de la actualidad. 


Nadie cree en tí, pero eso ya no importa. Cuando queda menos que lo que ya ha pasado aprendes a escuchar a esa voz tuya, esa que está en tu interior y que para nada tiene que ajustarse a los cánones imperantes, esa voz que frente a la adversidad te dice alto y claro....¡Tú puedes, hijoputa!¡TÚ PUEDES, HIJOPUTA!







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