Impotencia
"El miedo te golpea.
Es lo primero que sientes,
luego está la ira y la impotencia"
Charles Bronson
Casi 52 años de vida y cuando creías que ya habías visto suficientes desgracias la Vida te enseña otra más, y esta es con diferencia una de las más terribles. Atrás quedan otros episodios más relacionados con el Terror y la Guerra, otros relacionados con la Economía y la avaricia del mundo financiero, otros con una pandemia global que nos quisieron hacer creer que surgió de un murciélago o de un pangolín, las recientes guerras en Ucrania y en Oriente Medio. Nada se parece a esto, nada.
Tal vez sea porque me toca más de lleno, tal vez sea porque con el paso de los años las tonterías de la adolescencia se olvidan y empiezas a valorar más de dónde eres, pero esta tragedia en las poblaciones situadas en el sur de la ciudad de Valencia duele mucho más que todo lo anterior.
Allá por el 2011 en mi ciudad Castellón sufrimos el desborde del Río Seco como consecuencia de los temporales que nos afectan el último cuatrimestre de cada año. La zona de la Marjalería quedó totalmente inundada y el agua entró en muchos de los hogares de la Marjal, pero ni punto de comparación a lo que han sufrido nuestros hermanos y hermanas de las poblaciones de la Horta Sud. La inundación ha sido totalmente catastrófica y hay que remontarse al año 1957 para recordar algo similar en Valencia.
Es tal la magnitud del daño que aunque vayas a ayudar la sensación de impotencia es tan grande que es difícil no venirse abajo. Miles de familias sin agua, sin luz, sin saber que ha sido de sus seres queridos, miles de mascotas muertas o perdidas entre los restos de una riada inmensa, calles llenas de barro, de coches, de enseres, falta comida, falta agua, y por si todo esto no fuera suficiente hay que soportar a un montón de hijos de puta que se dedican a robar y a saquear a los supervivientes.
Y en medio de esta impotencia algo que me hace temblar de emoción y que me llena de orgullo, la respuesta de la gente, la respuesta no sólo de los valencianos, la respuesta de los castellonenses, de los alicantinos, del resto de españoles que inmediatamente y tras saber lo sucedido se han aproximado al lugar de los hechos para ayudar a coste de su dinero y tiempo. Eso ahora no importa, lo que importa es echar una mano, ayudar con lo que sea y como se pueda.
En estos días aciagos no puedo sentirme más que orgulloso por el ejemplo que están dando mis conciudadanos, y de que por mucho que una casta lo intente, estamos más unidos de lo que ellos quieren.
Y en su visita al pueblo tras más de cinco días sufriendo han recibido la ira de una gente que está agotada, sobrepasada, que ha visto una vez más como sus dirigentes se dedican más a echarse la culpa entre ellos que en resolver los problemas. Personalmente creo que si realmente te importa la gente y ante tal desastre de tamaña magnitud, me personaría desde el primer día y no lo abandonaría hasta que la gente hubiera recuperado la normalidad de sus vidas. Mi abuela siempre me decía aquello de que obras son amores y no buenas razones, y eso ha sucedido hoy, la gente estamos cansado de que nos hablen con buenas maneras y luego no hagan nada.
Habrá que recordarle a nuestro presidente que no hace mucho nos encerraron en nuestras casas durante tres meses bajo los consejos de un supuesto comité de expertos que luego supimos que no existió, y que durante ese tiempo miembros de su partido lo emplearon para forrarse y llenarse los bolsillos con cientos de millones de euros.
El pueblo, la gente esa que tanto insultan usted y los suyos no somos gilipollas y hoy le hemos dicho ¡Basta!¡No te queremos!¡Largo de aquí, tú y toda la casta!
Utilizaréis todos vuestros medios para dar otra imagen de lo que ha ocurrido, nos acusaréis de fascistas y de ser productos de la máquina del fango, pero hoy habéis aprendido de primera mano una valiosa lección: La gente no os quiere, no os respeta.
Ante la impotencia y ante el hecho de saber que aún queda mucho trabajo por hacer seguimos haciendo lo que toca, sin pedir cuentas a nadie, porque es lo que hay que hacer, porque somos valencianos, porque somos hermanos y hermanas....¡TODOS!
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