Sobre el Camino
"El Camino del guerrero es solitario
pero también es el Camino más gratificante.
No temas caminarlo"
Miyamoto Musashi
En estos días aciagos después de la gota fría y tras haber podido desplazarme a las zonas afectadas dos días para echar una mano en lo que se puede, ya sea llevando alimento y ropa, o limpiando las calles de fango, mis antiguas quejas, mis fracasos, parecen que han sido también arrastrados por la riada. Ante la magnitud del poder de destrucción de la Naturaleza, al contemplar en persona y vivirlo in situ los efectos de la tremenda inundación, mis quejas han desaparecido, o al menos han dejado de tener sentido, ya que cuando ayudas a dos personas mayores a limpiar su negocio que ha quedado destrozado por el lodo y el agua, te das cuenta de lo que realmente importa en esta Vida, y que muchas veces nos quejamos de nuestra suerte desde la comodidad.
¿Qué sentido tienen ahora todos esos ratos de sentirme triste y fracasado?¿Quién soy para quejarme del infortunio de haber caído en el ostracismo y el anonimato?¿Realmente importan todas estas cuestiones, o son sólo pajas mentales que nos hacemos cuando nuestra vida tiene una cierta seguridad y estabilidad?
Volver a los entrenamientos después de lo sucedido en las poblaciones de la Horta Sud de Valencia me ha resultado más complicado de lo que creía. No puedo evitar sentirme culpable por poder practicar sabiendo que muchos practicantes de Aikido de esas zonas no pueden hacerlo. Tal vez no tenga ningún sentido esta sensación, pero los dos días que he podido estar ayudando en esas poblaciones he sentido que estaba recorriendo el Camino correcto, que en estos momentos el Camino te indica que es ahí donde tienes que estar, ayudando en lo que se pueda.
¿Para qué nos preparan las Artes Marciales?¿Tan sólo nos preparan para alguna eventual pelea en la calle, o su enseñanza va más allá?¿El verdadero objetivo del aprendizaje es aprender a lidiar con estas adversidades imprevistas y ajenas a nuestro control?¿Qué creéis?¿Esto va sólo de pegarse o va de ayudar a los demás, de ser un ciudadano comprometido con sus semejantes?
Estos días desgraciadamente a parte de la buena voluntad de muchas, muchísimas personas, también observamos como las malas personas son fieles a su forma de Ser, y ante el drama de cientos de miles de sus conciudadanos tan sólo piensan en cómo pueden sacar rédito de ello, ya sea a través de reconocimiento o búsqueda de votos. He sido testigo de primera mano de estas acciones que te dan ganas de echar por una ventana al hijo o hija de puta que pega voces porque otro se va a llevar el mérito de una ayuda que facilita porque le han obligado. Por desgracia hasta en las mayores catástrofes hay gente que sigue haciendo gala de su falta de humanidad, y no son sólo los políticos, los medios de prostitución mediática, los hooligans de los partidos políticos. En este saco también entran gerentes de empresa, empresarios, y no nos olvidemos del currante de toda la vida, ajeno al sufrimiento de sus vecinos cercanos y que arregle el mundo desde la barra de un bar.
Cuando nuestras metas personales nos ciegan hasta el punto que obviamos lo que ocurre a nuestro alrededor empezamos a tener un problema. Cuando opinamos antes que informarnos para luego hacernos una opinión acerca de algo que ha ocurrido, tenemos un problema. Cuando valoramos más nuestra identidad ideológica que nuestra propia vida, tenemos un problema. Cuando no haces nada ante el desastre que ha ocurrido a sesenta y cinco kilómetros de tu casa, tienes un problema.
Ninguno estamos a salvo de los infortunios de la Vida, la Vida por el mero hecho de vivir nos la hará pasar putas de vez en cuando. Puedes culpar a Dios, a los Dioses, a un partido político determinado, al Destino, a la mala suerte, culpa a quien te salga de los cojones, pero lo cierto es que todos lo vamos a pasar mal. Y es en esos momentos donde agradecemos la ayuda de los demás, cuando descubrimos una Verdad que aprendemos en el Dojo todos los días: SOMOS VULNERABLES, SOMOS FALIBLES.
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